Los Global Change Award de H&M Foundation premian de nuevo este año a iniciativas innovadoras que buscan lograr un impacto notable e inmediato en uno de los sectores más contaminantes del planeta.
Nuestra ropa no solo nos define, sino que también influye en nuestro mundo. El origen de los materiales de nuestras prendas, el gasto energético y de agua que conlleva su fabricación, su vida útil y la manera en la que se degrada una vez que ha sido desechada tienen un impacto en el planeta. Dentro de su estrategia global de sostenibilidad, el grupo H&M creó en 2015 a través de su fundación sin ánimo de lucro los Global Change Awards, unos galardones que premian e impulsan proyectos innovadores dentro del mundo de la moda que persiguen la transformación sostenible de esta industria.
Desde su creación, los Global Change Awards han recibido más de 20.000 propuestas diferentes, que cada edición son valoradas por un jurado en el que participan empresas colaboradoras que apoyan esta transición hacia un sector que respete los bienes comunes de la Tierra. Para su sexta edición, los galardones han fijado su objetivo en premiar soluciones que aborden varios de los bienes comunes globales para crear un sector más positivo para el planeta, con la velocidad, la escala y el impacto de las propuestas como prioridades, así como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Un panel de expertos ha seleccionado a los cinco ganadores de esta edición, entre los que se repartirá una dotación económica de un millón de euros, así como acceso al GCA Impact Accelerator, un programa destinado a ayudar a acelerar el desarrollo de las propuestas ganadoras a través de recursos y asesoramiento. Desde la creación de nuevos materiales basados en fibras vegetales a soluciones de Inteligencia Artificial para mejorar los cultivos de algodón, un producto que ayuda a alargar la vida de las prendas, un sistema para reciclar materiales que se consideraban inreciclables o una plataforma para transformar el CO2 en material textil, estos cinco proyecto aportan distintas soluciones a corto y medio plazo a un problema global.
Como familia, siempre hemos sentido que tenemos la responsabilidad y la capacidad para contribuir al cambio positivo, más allá de la esfera de la compañía
KARL-JOHAN PERSSON, Miembro del consejo de la Fundación H&M y del grupo H&M
Con un punto de vista que ponga el foco en el futuro del planeta, la industria de la moda puede actuar de manera que ayude a regenerar en lugar de a agotar nuestros recursos
CLARA BROOK, Strategy Lead de Global Change Award y de la de la Fundación H&M
Escogí involucrarme en los Global Change Award porque los innovadores del mundo de la moda son los que nos pueden acercar a una industria más positiva para el planeta
MALIN ÅKERMAN, actriz y activista medioambiental
Incluir la sostenibilidad en todo lo que hacemos nos llevará a nuevos niveles de valor e impacto en toda la industria
JILL STANDISH, Global Lead de Accenture
Crear soluciones que son positivas en sí mismas, en lugar de sustituir lo que no funciona, es un paso esperanzador en la industria de la moda
SIGBRITT KARLSSON, Presidente de KTH
Creemos que, a través de la colaboración en toda la industria y el apoyo a los innovadores podemos conseguir que se integren las prácticas sostenibles
VANESSA CHEUNG, fundadora de The Mills
La degradación del suelo afecta a más de
de personas en la actualidad.
Métodos de agricultura regenerativa que restauren el ecosistema. Un nuevo sistema de economía textil para la producción de algodón y otros tejidos renovables, y que utilice cultivos más resistentes. Optimizar los tejidos para alargar su vida útil.
El cultivo de algodón origina el
del uso global de pesticidas
Uso de materias primas de origen natural y biodegradables, así como procesos que eviten el uso de agentes químicos nocivos.
de las emisiones de carbono globales.
Alcanzar los objetivos del Acuerdo de París para reducir en dos grados centígrados la temperatura del planeta disminuyendo el uso de combustibles fósiles.
de los microplásticos que se encuentran en los océanos proviene de materiales textiles sintéticos.
Reducción de materiales textiles de origen plástico. Limitar el uso de materiales plásticos y elementos químicos en toda la cadena de producción y distribución.
La industria textil es responsable
de la pérdida anual de agua fresca en todo el mundo.
Reducir el consumo de agua en toda la cadena de producción.
Uno de los grandes retos de la industria de la moda para por la eficiencia en el reciclado de materiales sintéticos. Algunos, como el elastano y el poliéster, se consideraban prácticamente irreciclabes. “En 2020, el consumo global de poliéster fue de 50 millones de toneladas, y el de elastano de un 1 millón de toneladas”, explican desde Relastane. Esta iniciativa china ha encontrado un sistema para reciclar unos materiales que, de otra manera, irían a parar a vertederos o ser incinerados.
“Nuestro proceso químico es único”, explican desde Relastane. “La despolimerización del poliéster se hace en condiciones de temperatura templada, de manera que puede ser aprovechado para su aplicación textil de nuevo”. “Para nosotros, ganar el Global Change Award no solo nos brinda los fondos suficientes para escalar nuestro proceso de reciclado, sino que también nos da un apoyo para entrenar a nuestro equipo”.
Para nosotros, ganar el Global Change Award no solo nos brinda los fondos suficientes para escalar nuestro proceso de reciclado, sino que también nos da un apoyo para entrenar a nuestro equipo
DR. JACK LUI, fundador de Relastane (centro)
La compañía india Wadhwani AI se fundó en 2018 con un objetivo: desarrollar soluciones de Inteligencia Artificial (IA) para solucionar problemas de salud pública y agricultura en países en desarrollo. “India posee las mayores extensiones de cultivo de algodón del mundo, con unos seis millones de agricultores que se enfrentan a problemas de plagas” explican desde Wadhwani AI. “El método tradicional para combatirlas implica que los productores se pongan en contacto con las autoridades, y estas les remitan las medidas que deben tomar en un plazo de una semana o más”. Un plazo de tiempo demasiado elevado que afecta a la producción y, en consecuencia, a sus ingresos.
CottonAce es una solución basada en Inteligencia Artificial que alerta sobre los primeros indicios de plaga y que funciona a través de una app de móvil. “Esta app ayuda a los agricultores a identificar el tipo de plaga y su alcance, y les alerta y ofrece instrucciones. Esto les permite actuar de una manera más ágil y mejorar el rendimiento de sus cultivos”.
El agricultor coloca trampas para insectos en las plantas de algodón.
A través de la app, sube una imagen de los insectos capturados.
La app de CottonAce identifica la amenaza para el cultivo
En pocos minutos, el agricultor recibe instrucciones para controlar una posible plaga.
“Venimos de trabajar en la industria textil y de la moda y, por esa razón, éramos muy conscientes de los problemas de este sector con respecto a su efecto contaminador”, explica Wajahat Hussain, fundador y CEO de la compañía sueca Biorestore. “Nos dimos cuenta de que había muchas investigaciones sobre cómo reciclar ropa, pero no sobre la manera en la que podemos hacer que las prendas alarguen su vida útil. Pensamos que, si la gente puede usar su ropa durante mucho más tiempo, el impacto positivo en la industria de la moda sería enorme”.
Su producto, Biorestore, es una solución de lavado que utiliza enzimas y minerales de manera que, al entrar en contacto con una prenda y agua, desencadena un proceso bioquímico que provoca que los tejidos se tensen, eliminando las fibras sueltas, y mejora su color, brillo y tacto. “Un lavado consigue restaurar una prenda durante seis o siete meses”, apunta Hussain. “Según el tipo de prenda, utilizar este proceso cuando sea necesario puede hacer que se mantengan con una apariencia de ser nuevas durante más de dos años. Con la ayuda de la H&M Foundation, ahora contaremos con una plataforma global que nos permita alargar la vida de las prendas y evite que muchas acaben en vertederos”, concluye.
Había muchas investigaciones sobre cómo reciclar ropa, pero no sobre la manera en la que podemos hacer que las prendas alarguen su vida útil. Un lavado con Biorestore permite restaurar la ropa, evitando que muchas prendas acaben en vertederos.
Wajahat Hussain, fundador y CEO de Biorestore
El origen de Biopuff® y de la compañía que lo desarrolla, Saltyco, se encuentra en un Máster en ingeniería del imperial College de Londres, un trabajo en equipo en el que coincidieron distintos perfiles, desde ingenieros mecánicos, químicos y diseñadores de moda. “En este trabajo nos enfocamos en investigar materiales para encontrar alternativas a las ya existentes”, explica Antonia Jara Contreras, cofundadora y CCO de la compañía. La respuesta les llegó en zonas habitualmente poco explotadas para el cultivo. “Nos fijamos en marismas, humedales y turberas y nos dimos cuenta de que allí hay pastos vegetales que requieren pocos recursos y cuyos suelos almacenan mucho carbono, lo que los hace sumamente interesantes”.
A partir de plantas que crecen de manera natural en esas zonas, Saltyco ha creado un proceso, mecánico y libre de químicos, que da como resultado una fibra perfecta para ser utilizada como relleno en prendas de abrigo. “En su estructura es muy similar al plumón de ganso. Es muy liviana y crea bolsas de aire, lo que permite que sea térmicamente muy aislante”, detalla Contreras. Su uso permite sustituir materiales de origen animal, o derivados plásticos procedentes del petróleo.
Por cada chaqueta que usa BioPufff®, el planeta ahorra:
70% de uso de materiales procedentes del petróleo
Las hermanas Neeka y Leila Mashouf, californianas de familia iraní, crecieron combinando su amor por la naturaleza y la ciencia con la pasión por la moda. Inspiradas por la manera en la que los árboles absorben el CO2 de la atmósfera, plantearon Rubi, un proceso que consigue transformar el dióxido de carbono en materiales textiles como la viscosa o el lyocell. “Sintetizamos estas fibras sin tener que utilizar agua o explotar el suelo para crear un material que es negativo en carbono, neutral en el uso de químicos y agua y biodegradable”, explican desde la compañía.
El proceso creado por Rubi atrapa emisiones de CO2 de la atmósfera en un biorreactor en el que unas enzimas transforman el gas en polímeros, el mismo material que se utiliza para crear fibras de celulosa provenientes de la pulpa de madera de árboles. “Estamos liderando el cambio del proceso enzimático para construir una solución que logre instaurar una nueva cadena de suministro”, explican desde la compañía.
El Global Change Award nos brinda la oportunidad de acelerar la comercialización de nuestra tecnología textil negativa en carbono dentro de la industria de la moda
Leila and Neeka Mashouf, CTO y CEO de Rubi
Coordinación y redacción: Guillermo Arenas Fotografía: H&M Foundation Desarrollo y diseño: Javier Casajús y María Jose Durán Coordinación diseño: Adolfo Domenech
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