¿Han sentido alguna vez que una foto es insuficiente para mostrar la belleza de algo? ¿Un paisaje impresionante? ¿Una gran luna llena? Pues bueno, eso es exactamente lo que me sucedió frente al pequeño Peugeot 208 GT.
Cuando por fin pude probarlo, entendí el acierto de escoger un color tan difícil de portar como el amarillo mostaza de la versión GT. No importa que seas de una familia super deportiva italiana, esa pintura es difícil de lucir. Pero el 208 GT la porta con elegante naturalidad. Y es que este hatchback compacto expresa perfectamente el lenguaje de Peugeot de los últimos años; un lenguaje joven, agresivo y moderno; un lenguaje de garra y colmillo.
En estos días, no es fácil que un coche sea inmediatamente reconocible. Hasta el coche más económico tiene luces de día. Pero, en el 208 GT, incluso las luces de día tienen una cara única. Esos dos colmillos verticales al frente del coche comprueban que todavía se puede ser original.
El diseño de la carrocería también logra destacar con tareas más complicadas. Combina trazos rectos y pronunciados con otros más redondos y curvilíneos y todo esto funciona y alcanza un equilibrio único. Le da una pose bien asentada y deportiva. Ejemplo de esto es el cofre con dos hendiduras paralelas para mejorar la aerodinámica. El detalle de las letras GT, en el costado, rodeadas de una línea tallada en la carrocería es muy elegante.
Y, finalmente, la parte trasera, con un cristal negro que va de lado a lado cubriendo las calaveras led de tres barras verticales, cierra con broche de oro un diseño exterior que, desde este angulo, tiene algo de futurista.
Y justo sobre esta última nota se guía el interior. Las líneas son muy marcadas y geométricas. Los materiales como el piano black, la tela tipo denim y la fibra de carbono están intercalados inteligentemente para proponer un estilo muy propio.
Por supuesto la corona es el cockpit 3D. Te tardas un momento en darte cuenta el por qué es 3D pero, cuando te cae el veinte, tu nerd interno sonríe de oreja a oreja. Las animaciones son claras y, las distintas carátulas, desde sport a minimalista, tienen para todo gusto.
El volante es una decisión muy acertada para un auto urbano. Su circunferencia es pequeña y esto te permite controlar muy fácilmente el volante cuando navegas la ciudad. En carretera es simplemente divertido. Su forma octagonal contribuye a la sensación futurista de todo el panel frontal del auto.
Una nota muy positiva es que las teclas tipo piano que controlan A/C e infoentretenimiento ganaron una fila de botones táctiles paralela con accesos rápidos. La no tan positiva, es que sigue teniendo el problema que les mencioné con la 3008: la palanca con los botones para controlar el sistema de control de velocidad crucero están en un lugar, detrás del volante, de los menos prácticos que he visto en mi vida.
En la consola central cuenta con conectividad USB ( cuatro tomas, una de datos) y carga inalámbrica. El material es piano black muy de moda pero, en esta zona, un desacierto. Cuenta los meses antes de que este se raye. ¿Solución? Ponerle una mica protectora que consigues con terceros. Los portavasos también tienen margen de mejora ya que son unitalla y no tienen algún sistema para mantener vasos más pequeños en su lugar.
Los asientos son cómodos (manuales) y tienen costuras que reflejan las que están en varias partes de la consola y puertas. La altura del asiento y la del volante toma un tiempo de ajustar para que este último no te tape la información del Cockpit 3D. Experiencia personal no se si esto aplica para todos los conductores.
El espacio de la fila trasera es adecuado aunque tres pasajeros irán bien apretados. Aquí también hay conectividad con dos tomas USB. El espacio de cabeza a techo es bueno para un hatchback y, en general, dos pasajeros se sentirán con espacio suficiente.
La cajuela es de un tamaño adecuado (366 litros) aunque no es de las más amplias de su segmento (un KIa Rio tiene 130 litros más por ejemplo). “Hay que sufrir para ser bello”, como decía mi abuela, pues es por su diseño que perdemos este espacio. Un sacrificio aceptable.
La semana que lo tuvimos a prueba lo manejé por ciudad principalmente y una salida a carretera obligada para ver cómo se comportaba. En la ciudad tiene de las cabinas más silenciosas y una suspensión más suave que su competencia en el rodado sobre baches (el pan de cada día en la ciudad de México). Es un subcompacto cómodo para los desplazamientos urbanos.
El motor de 130 caballos de fuerza y 230 Nm de torque turboalimentado tiene la suficiente capacidad para darte un manejo ágil y responsivo en los laberintos urbanos. En un hatchback divertido. ¿Lo llamaría un manejo deportivo?
Es en autopista y carretera que realmente lo sentirás. A velocidades reglamentarias se comporta perfectamente. Sientes seguridad al tomar curvas y tienes potencia suficiente para rebasar y no quedarte estorbando en el carril de alta.
Si ya le exiges más, sigue comportándose bien con una caja que hace los cambios que le pides rápidamente aunque vas a extrañar una dirección más responsiva (o adaptativa) y la potencia podría tener un pelo más que ofrecerte para enarbolar justificadamente sus siglas de “gran turismo”.
El Peugeot 208 GT 2023 es una excelente opción para los que buscan equilibrio, unicidad y una dosis de futurismo. Es un subcompacto elegante y cómodo. Tiene un aspecto dinámico que se refleja al manejarlo. Tiene aspectos a mejorar en ergonomía y mentiría al no esperar que un GT pudiera ofrecer un pelo más de potencia para dibujar una sonrisa definitiva en ese aspecto. Esa sonrisa que de todas maneras te dejará cada vez que lo saques o metas a tu cochera.